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Lic. Karem Castillo Torres

Más allá de la filantropía.

Publicado: 2014-12-03

“En contraparte, RFE tuvo que conseguir el financiamiento necesario para la construcción del albergue y es el actual responsable de su administración. Com¬parte las utilidades con la comunidad —cuarenta por ciento para RFE y sesenta por ciento para la comunidad— y debe contratar personal local para trabajar en el albergue, el mismo que tiene un cincuenta por ciento del voto en las decisiones del negocio. De esta forma, tiene que enseñar a la comunidad cómo administrar el albergue. Una vez culminado el tiempo del proyecto, la comunidad tiene la op¬ción de seguir con la relación o por el contrario, manejarse independientemente”.

Turismo comunitario y desarrollo rural. Posada Amazonas: Generando Nuevas Alianzas. Lima, enero de 2013.

Una empresa social es aquella que tiene como razón de existir el ser parte de la solución de un problema social identificado y por ende, reunir todos los esfuerzos posibles para cumplir éste que es su fin, más no su medio. Esto quiere decir que su éxito no depende de las utilidades adquiridas sino del impacto que genera en el medio ambiente, la educación, la lucha contra la violencia, la empleabilidad, entre otros focos de acción.

No es una ONG, SA, SAC o SRL. Lamentablemente, no existe un marco legal en nuestro país que les permita identificarse, lo cual merma en gran medida sus posibilidades de expansión en un inicio y de alianza con otras empresas. Sin embargo, bajo alguna de las anteriores denominaciones, el emprendimiento social es una forma de estar en el mundo, que no deja de expandirse.

El líder de una empresa de este tipo, no solamente se siente comprometido con la sociedad, esta persona cree en su gestión como un mecanismo de sostenibilidad para la sociedad y la empresa en una visión a largo plazo. Ha tomado su voluntad social como profesión.

Desde mi punto de vista, el porqué de su creación puede ser tan grandioso como el de tantos otros emprendimientos, que en su mayoría son protagonizados por jóvenes. Me refiero a que no necesariamente el objetivo debe de ser social, para tomar la fuerza interior de arriesgarlo todo para emprender. Aplaudo la valentía de perseguir una vocación.

De la misma manera, el mercado sólo verá el valor de los productos o servicios si éstos son de calidad. Por lo tanto, los principios de innovación, creatividad, buenas prácticas y sostenibilidad, no pueden perderse. Al contrario, mayor será la escala del beneficio social mientras mejor funcione la empresa. Se trata de fusionar ambas aristas: Economía y sociedad.

Sobre lo anterior, Karen Weinberger, sostiene que de ser el caso de un subsidio cruzado, los productos o servicios que ofrezcan tienen que estar estrechamente vinculados al core business de la empresa, que es aquella actividad capaz de generar valor y que resulta necesaria para establecer una ventaja competitiva beneficiosa para la organización. Esto puede lograrse de manera creativa.

Asimismo, resalto con gran importancia, la delicada misión de las empresas sociales de generar oportunidades, más no logros ya dados por hechos cuando se trata de una comunidad. Ya que la población tiene el enorme poder de surgir, a la vez, de su propia iniciativa. Las empresas sociales son estupendas fuentes de generación de ecosistemas de emprendimiento y bases de autoestima y motivación.

Son muchos los Millenials sorprendiendo al Perú, tenemos el ejemplo de Laboratoria, cuyo modelo de negocio está orientado a enseñar a mujeres jóvenes a crear productos digitales para insertarlas a la creciente economía digital del país. El Centro de Rescate Amazónico Crea apuesta por el rescate, la rehabilitación y la liberación de especies en peligro. Yaqua tiene como misión transformar el consumo de agua embotellada en una corriente de cambio y solidaridad. Kallku busca reducir la migración rural, a través de los negocios inclusivos y los cultivos alternativos.

Y por último, Rainforest Expedition fundó la Posada Amazonas, asociándose con la comunidad indígena de Infierno, experiencia con la que comencé el artículo.

Ahora, tú, querido lector. ¿Te sientes identificado y darás el siguiente paso?


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